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Usar una mascarilla facial a menudo ayuda a las personas a sentirse protegidas y tranquilas. Pero, ¿puede una mascarilla quirúrgica evitar que te expongas o transmita ciertas enfermedades infecciosas?
Y, si las mascarillas faciales te protegen de enfermedades infecciosas, como el COVID-19, ¿hay una manera adecuada de ponérselas, quitárselas y desecharlas? Sigue leyendo para descubrirlo.
Las mascarillas quirúrgicas desechables son máscaras, holgadas, de forma rectangular. La máscara tiene bandas elásticas o cintas que se pueden fijar detrás de las orejas o atar detrás de la cabeza para mantenerla en su lugar. Puede haber una tira de metal en la parte superior de la máscara y se puede pellizcar para ajustar la mascarilla alrededor de la nariz.
Una mascarilla quirúrgica de tres capas que se use adecuadamente puede ayudar a bloquear la transmisión de microorganismos con partículas grandes presentes en las gotas, aerosoles o salpicaduras de fluidos corporales. La máscara también puede reducir la probabilidad de contacto entre mano y cara.
Las tres capas de la mascarilla quirúrgica funcionan de la siguiente manera:
Sin embargo, los bordes de las mascarillas quirúrgicas no forman un sello hermético alrededor de la nariz o de la boca. Por lo tanto, no pueden filtrar pequeñas partículas en el aire como las transmitidas al toser o estornudar.
Si necesitas usar una mascarilla quirúrgica, sigue los siguientes pasos para ponertela correctamente.
Una vez que la máscara se coloca de forma segura, hay ciertas precauciones a tener en cuenta para garantizar que no transfiera patógenos a la cara o las manos.
Si tiene que tocar la mascarilla mientras la usas, primero lávate las manos. Asegúrate de lavarte las manos después o usa un desinfectante para manos.
Es importante quitarse la máscara facial correctamente para asegurarse de no transferir gérmenes a las manos o la cara. También debes asegurarte de desechar la máscara de forma segura.